Querido Orange Shoe Diary: Hoy te traigo una
fantasía bizarra pero a la vez muy sexy. Dos mundos se unen para un mismo fin:
el mejor sexo. Tim Lincecum se presta una vez más para la diversión en nuestro
diario, pero se le unirá un personaje atípico para estos párrafos beisboleros
pervertidos: Polonia nos exporta el ingrediente extra para este
"cruzado" de beisbol, fútbol y sexo intenso: la estrella del Borussia
Dortmund y futuro jugador del Bayern Munich, Robert Lewandowski. Así comienza
esta fascinante, bizarra y caliente fantasía:
Un día como cualquier otro en San Francisco. Los
jugadores de los Giants se encuentran dispuestos en el engramado del AT&T
Park para practicar de cara a una nueva serie dentro del calendario de la temporada
regular. Mientras los chicos entrenan, Alma y yo nos encontramos en el sector
de Triples Alley recibiendo a nuestro invitado para esta noche de juego: Robert
Lewandowski. La estrella polaca del club de fútbol de moda en Alemania y
Europa, el Borussia Dortmund, fue electo para hacer el lanzamiento ceremonial
del partido que esa noche disputarán los Giants contra los Padres. Robert se
encuentra en la Bahía aprovechando la visita del Dortmund para jugar unos
partidos amistosos contra el Bayern Munich desde el nuevo y moderno Levi's
Field, la nueva casa de los San Francisco 49ers (NFL). El día antes, Philipp
Lahm, capitán del Bayern, lanzó la primera bola. Hoy, es el turno de
"Lewy".
Alma y yo como parte del personal de protocolo
del equipo, lo recibimos en el estadio. "¡Hola Robert! Un placer
recibirte", le dijo Alma, a lo que yo vine y agregué: "Bienvenido a
San Francisco, a California, a los Estados Unidos y por supuesto, a la casa de
los San Francisco Giants, el AT&T Park". "Gracias, es un placer estar
aquí. Encantado totalmente con su recibimiento y con lo hermosa que es esta
ciudad", respondió Robert, para luego hacer un tour por las instalaciones
del parque. Desde las oficinas hasta el clubhouse del equipo, pasando por el
McCovey Cove, @ Café SFG y Ghirardelli hasta entrar al campo a conocer a los
jugadores. En representación de ellos, Tim Lincecum, lo recibió y le enseñó lo
básico del beisbol y hasta cómo lanzar su icónica mecánica de pitcheo, debido a
que vio en el espigado polaco una contextura corporal similar a él, perfecta
para ejecutar dicha mecánica. "Wow, vaya que esto que haces es
complicado", le dijo Robert a Tim mientras éste lanzaba una pelota como
demostración. Tim le explicaba: "No es complicado si lo practicas más a menudo.
Mi padre me enseñó esta mecánica cuando era niño; me colocaba un billete de 1
dólar en la tierra y con mi cuerpo tenía que ejecutar un movimiento de efecto
catapulta. Alzo mi pierna izquierda, giro todo mi cuerpo hacia adelante, lanzo
la pelota con mi brazo derecho, mi pierna izquierda se eleva lo más que pueda
mientras que mi pierna derecha queda firme en la tierra y luego de lanzar la
pelota debía agarrar el billete que estaba en el suelo. Qué tal? Así fue como
aprendí esta mecánica" "Wow, impresionante", exclamó Robert. Mi
padre también fue deportista: practicó judo y jugó fútbol. Falleció cuando yo
tenía 16 años y cada vez que anoto un gol o hago entrenamiento extra yo siempre
digo que todo lo que hago va para él. Lo quería muchísimo".
"Oh, lo siento mucho", dijo Tim en tono
serio, para luego rematar: "Es bonito que recuerdes a tu padre y que todos
tus éxitos vayan en honor a él. Yo también soy así con mi papá, a él le debo
todo lo que soy y cada logro que obtengo se dedico a todos aquellos que te
rodean, pero más a él". Ambos siguieron hablando y practicando los
pitcheos, mientras Alma y yo los observábamos conversando. "Robert es
guapísimo y me encanta su acento.", decía Alma. Yo le contestaba:
"Además que si te fijas bien, ellos podrían tener algún parentesco, porque
fíjate en el físico de ambos: tienen prácticamente la misma contextura
corporal, casi la misma forma de sus ojos (más no el color), y sus historias y
logros son similares, ¿no crees mi Almita hermosa?"
"¡Cierto! Hasta primos lejanos podrían ser
*risas*", contestó Alma muerta de risa. Luego, nos acercamos a ellos y les
preguntamos qué tal el "intercambio" entre ambos. "¿Cómo viste a
Robert en estas pequeñas lecciones de beisbol que le diste, Timmy?", le
pregunté a Tim, a lo que éste aseguró en ese instante: "Vi muy bien a
Robert, lanza muy bien la pelota y espero que no falle cuando haga el
lanzamiento ceremonial esta noche. De todo lo que le enseñé, lo aplicó en buena
forma; por mí pasó la prueba *risas*"
"¿Y tú Robert, cómo sentiste estas lecciones
básicas de beisbol que te dio Timmy?", le preguntó Alma. Robert replicó:
"Wow, ya sé por qué este deporte no es tan popular en Polonia *risas*. Es
algo exigente y a la vez divertido. Me llevo una gran experiencia".
Luego de las lecciones de beisbol, era el turno de
revertir los papeles. Ahora Timmy recibe clases de fútbol de parte de Robert.
Ambos practicaron pases cortos, pases largos, tiros libres, penales y corners.
Robert hizo las labores que normalmente cumple Roman Weidenfeller en la
portería del Dortmund para tratar de detener los "penales" cobrados
por Tim. Éste hizo 10 cobros de penales, de los cuales marcó 6 y falló 4.
Robert quedó impresionado por la forma que Tim mostró sus dotes de futbolista.
"Wow, si te ven Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, van a querer retirarse
*risas*", le dijo Robert a Tim, elogiando su demostración con el balón.
"¿En serio? No creo que sea para tanto *risas*. Gracias, Robert", le
contestó.
Después de este "intercambio", tanto
Robert como Tim posaron juntos para los fotógrafos que estaban en el campo
tomando instantáneas de este encuentro de dos mundos. Reporteros gráficos,
periodistas y camarógrafos de TV tanto de San Francisco y otras partes del
territorio estadounidense, como alemanes y hasta polacos que se dieron cita esa
tarde, captaron cada palabra durante las entrevistas y cada instante de ese
momento único.
Tres horas después, se daba la ceremonia previa
del partido de la noche. Después de interpretarse el himno estadounidense, se
presentó a Robert para el lanzamiento ceremonial. Alma y yo estábamos junto a
Tim y Robert mientras la locutora interna del estadio presentaba en ese momento
al gran invitado internacional de la noche. "Para realizar el lanzamiento ceremonial de
esta noche, tenemos a un invitado internacional de lujo. Un joven jugador de
soccer cuya fama y reconocimiento mundial llegó al momento de anotarle él solo,
4 goles ante el Real Madrid, para darle el triunfo por 4-1 a su equipo, el
Borussia Dortmund de la Bundesliga de Alemania en el partido de ida de
semifinales de la UEFA Champions League. Le ha dado a este equipo en 3 años de
servicio dos campeonatos de Liga, una Copa de Alemania y la figuración como
subcampeón de Europa en la última edición de la ya mencionada Champions League.
Figura de este club alemán y de la selección nacional de fútbol de Polonia, le
damos la bienvenida no sólo al AT&T Park, sino también a Estados Unidos, a
San Francisco y a California al talentosísimo futbolista polaco, con el número
9 en Dortmund y Polonia, ¡Robert Lewandowski!"
Robert, ataviado con el conjunto de entrenamiento
del Dortmund (pantalón de lana negro con rayas amarillas, pullover negro con
los números 1909 en amarillo), zapatos deportivos Nike y una gorra de los
Giants en su cabeza, saludó al público del estadio, que lo aplaudió efusivamente.
"Y recibiendo el lanzamiento inicial de parte de Robert, nuestro dos
veces. Ganador del Cy Young, con el número 55: ¡Tim Lincecum!"; así
anunciaba la voz interna del estadio al consentido de la afición. Por supuesto,
la ovación más fuerte se la lleva Tim, por ser el de la casa. Robert le lanza
la pelota a Tim y éste la recibe sin problemas.
Tras la breve ceremonia, Tim le entregó a Robert
un jersey personalizado de los Giants con su apellido (Lewandowski) y su número
9. Éste respondió el gesto con una camiseta del Dortmund para Tim, igualmente
personalizado con su apellido (Lincecum) y su número 55. Tras algunas fotos que
les tomaron los reporteros gráficos a ambos, tanto Alma como yo fuimos a
recogerlos para el dugout del equipo. Los cuatro nos fuimos directo al
clubhouse. Robert nos extendió la invitación a los tres para el partido en el
Levi's Field pautado para el día siguiente. "¿Tienen planes para mañana?
Porque ustedes me han tratado tan bien que decidí regalarles tres entradas para
el partido de mañana en Levi's Field".
"Qué bien que nos invitas", dijo Tim.
"Casualmente, tenemos día libre mañana y pues no habría ningún problema en
ir para allá y verte jugar", agregó. "Sería fabuloso, pues claro que
aceptamos ir a verte", le dije. "Almita, aquí hay tres entradas, ya
sabes qué significa", le expresé a Alma, a lo que ella respondió:
"Claro que sé lo que significa...."
Al día siguiente Tim, Alma y yo estábamos en el
Levi's Field aupando a los dos equipos alemanes en el campo. Alma ligaba al
Bayern, mientras que Tim y yo decidimos aupar al Borussia. El partido fue
reñido en todo sentido, a tal punto de terminar empatado a dos goles. Arjen Robben
y Franck Ribery anotaron por el Bayern y Robert hizo los dos goles de su
equipo. Al finalizar el partido, fuimos los tres a esperar a Robert a las
afueras del vestuario del Borussia Dortmund.
"Qué maravilloso verlos acá", nos dijo
con alegría, para rematar luego diciendo: “Gracias por venir a verme a mí y al
equipo jugar”. "Gracias por invitarnos a verte jugar, lo hiciste
genial", le dije yo. Alma agregó también su elogio: "Estuviste
increíble, tu juego es fascinante". Tim no se quedó atrás: "Eres un
duro jugando. Quedé impresionado al verte en acción, sigue así, amigo".
"Y bueno, ahora qué, ¿a celebrar? ¿Dónde es el desmadre?", dijo
Robert en tono fiestero.
Todos reímos y salimos del estadio rumbo a una
discoteca. Durante toda la noche, los cuatro estábamos bebiendo, bailando y
disfrutando el momento. Robert siempre estuvo con Alma bailando, hablándole y
coqueteándole. Lo mismo Tim conmigo. Pasada la 1:30 am esa noche, nos fuimos al
hotel más cercano y fue allí en esa habitación donde se encendió la llama de la
pasión.
Claramente pasados de tragos estábamos los cuatro.
Robert desnudó a Alma delante de nosotros. Por varios minutos, Tim y yo
servimos de "voyeuristas" ante lo que ellos estaban haciendo. Robert
le hacía sexo oral a Alma una y otra vez. Le acariciaba las piernas, el
estómago y los pechos. Mientras los veíamos, Tim me besaba el cuello y me
acariciaba sin parar, despojándome mi ropa lentamente. Me acariciaba la
espalda, los pechos, la cintura y hasta mi vagina. No aguantamos y nos unimos a
ellos. Tim me penetraba en mi trasero mientras yo le hacía sexo oral a Alma, al
mismo tiempo que ésta le hacía igualmente sexo oral a Robert. Acto seguido, yo
estaba acostada de lado con Tim atrás penetrándome, acariciándome la espalda,
el trasero, mis brazos y apretando mis pechos; simultáneamente Alma estaba
sentada sobre Robert de espalda rebotando sobre su entrepierna sintiendo sus
manos haciendo cosquillas en sus pezones y acariciando una y otra vez su
espalda, sus brazos, sus hombros, su cabello, sus pechos y su vagina. A medida
que pasaba el tiempo, la orgía se ponía más intensa. Alma y yo nos sentamos
sobre nuestros hombres, con el éxtasis a millón. Ambas les hacíamos el amor
como si no hubiera mañana tanto a Tim como a Robert. Ellos nos acariciaban una
y otra vez nuestros cuerpos. Gemidos iban y venían, caricias, besos y hasta
chupones. Hasta que no pudimos más y llegamos al orgasmo al mismo tiempo.
Esa noche
fue inolvidable. Pudimos contemplar cómo dos mundos se unieron para brindar
algo único: una de las experiencias sexuales más fabulosas que se haya
imaginado antes. Te dejo, Diario. Te abriré lo más pronto posible para traerte
otra fascinante y sexy historia. Nos vemos.
-Carlita
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