Querido
Orange Shoe Diary:
Te escribo
nuevamente porque con todo y que ando estresadísima con tantas cosas por hacer,
se me ha venido a la mente una nueva fantasía con Ryan Vogelsong. Pero esta
vez, él y yo no estamos solos. Así comienza mi segunda “Vogelfantasía”:
Un cafetín. Mucha gente sentada en sus
mesas conversando y tomando café. Mocaccinos, cappuccinos, con leche, negro;
todo tipo de café se servía y se llevaba de uno a otro lado durante cada
segundo que pasaba. En una de esas mesas, Alma y yo estábamos sentadas y
hablando de cosas de chicas. Eran las 9:30 am de un jueves. Luego de
pedirle al mesonero par de tazas de cappuccino, Alma me hablaba de su trabajo
en su consultorio sexual. Ella es sexóloga y trabaja como consejera sexual. Yo,
soy su “secretaria” (o dama de compañía). Yo le ayudo a cada “paciente” de Alma
a mejorar su vida sexual. Claro, cuando ella necesita de mi ayuda.
La semana anterior no estaba en su
consultorio porque me tomé una semana de vacaciones y me fui a Punta Cana,
República Dominicana, a disfrutar mis merecidos días de descanso; por lo tanto,
Alma me comentó de un caso muy particular que conoció el jueves de esa semana:
“Carlita, ¿sabes qué? El jueves de la
semana pasada me visitó una mujer desesperada y preocupada sexualmente porque
su marido nunca tiene ánimos ni ganas de tener sexo con ella”; me comentaba
Alma, mientras yo ponía cara de asombro al contarme el caso de esa “paciente”.
“Dios mío, ¿y eso por qué?” le
pregunto yo; a lo que Alma inmediatamente contesta: “Ella me cuenta que su
marido siempre llega estresado y cansado a su casa luego de entrenar; es que el
hombre juega beisbol, imagínate. Y pues, hay días en que ella quiere tener sexo
con él y nunca puede por eso. Y cuando tiene chance de tener sexo con él, el
acto se torna demasiado monótono y aburrido. Anda desesperada por algo distinto
para mejorar su actividad sexual”.
“Wow, imagínate. ¿Tienes allí a la
mano alguna ‘historia médica’ de esa mujer? Sólo por curiosear”, le pregunté
con una mirada algo picarona a Alma. Ella se echó a reír y sacó su “historial
de consultas”. Ubicó en dicho historial el caso de esta mujer, y me lo mostró.
“Acá está. Nicole Vogelsong, 33 años,
casada desde hace 7 años con Ryan Vogelsong. Madre de un niño, aspirante a
cantante, ama de casa”, me leyó Alma mientras me mostraba la página del
historial con la consulta de Nicole. “Wow, muy interesante la cosa”, le dije
yo. “Me encantaría conocer más a fondo su caso, porque tengo en mi mente una
solución perfecta para eso”.
Alma me comentó luego: “Casualmente,
ella va a mi consultorio esta tarde, en punto de las 4. Y como veo tu interés
en ayudarla, puedes venir conmigo a mi consultorio y así le planteamos esa
solución que tienes en tu cabeza, mi Carlita”. Con un guiño, le respondí:
“Perfecto, mi Almita”. “Veo en ti una gran mediadora para este caso”, me
respondió Alma devolviéndome un guiño.
Esa misma tarde, a las 4 pm (tal
cual como dijo Alma); estábamos las dos en el consultorio cuando suena el
timbre. (*Sonido de timbre*) “Voy”, gritó Alma mientras salía de su consultorio
para abrirle la puerta a la próxima visitante. Al abrir la puerta, era
efectivamente la señorita Vogelsong la que entraba al lugar. “Hola Nicole,
pasa”; le dijo Alma. “Hola, doctora Alma, qué placer verte una vez más”.
Ambas entraron al consultorio.
“Nicole, ella es Carla; mi secretaria”. – “Mucho gusto, Nicole”, le respondí
mientras extendía mi mano hacia ella; a lo que respondió: “Hola Carla, un
placer”. Alma le comentó a Nicole sobre mí: “Ella no estaba acá antes porque
andaba de vacaciones en República Dominicana y por lo tanto no había conocido
tu caso. Le hablé sobre ti esta mañana mientras tomábamos un café y se interesó
en ayudarte en tu problema sexual con Ryan”. Nicole se asombró con ese comentario
de Alma y me fue comentando su caso: “Carla, puedo notar en tu cara que quieres
ayudarme y te lo agradezco. El problema radica en que yo cada vez que siento
que Ryan llega a la casa quiero consentirlo y hacerle sus ‘cariñitos’, ¿me
entiendes? Y cuando puedo tener sexo con él, el acto se torna muy aburrido y no
hay nada de chispa. Así que, tú dices que tienes la solución a mi problema, ¿de
qué se trata? ¿Qué debo hacer?”
Miré a Alma, volteé la mirada otra vez
a Nicole y le dije: “No sé si te va a gustar mucho, y sé que esto será un poco
comprometedor, pero si esto te sirve para cambiar un poco tu rutina sexual con
Ryan, te propongo una orgía. Tú, Ryan, yo, Alma quizás supervisando todo, en la
habitación que está al lado de este consultorio. Piénsalo”.
Nicole puso una cara de incertidumbre,
y algo dudosa me dijo: “Pero, ¿no crees que es algo riesgosa una orgía? Es
decir, ¿tú estás segura que esto no terminará mal?” a lo que respondí
contundentemente: “Despreocúpate, Nicole. Yo tengo todo fríamente calculado, y
te garantizo que todo saldrá bien. La idea no es que tú tengas que hacer la
orgía a juro, osea, obligado cuando él no te satisfaga sexualmente. La idea es
que tengas una manera distinta de seducir a tu pareja y tener mejores
resultados en el acto sexual. Punto”.
Luego, Alma le dijo a Nicole: “Confía
en Carla. Ella ha hecho esta misma orgía antes con otras parejas y le ha
funcionado de maravillas. Vente con Ryan esta noche a las 9 pm. Deja a tu
hijo con tu mamá, o con la mamá de Ryan y te vienes con él. Si te preguntan
para dónde van los dos, diles que tienen una pequeña reunión con unas amigas
tuyas”. Alma luego le sugirió: “Ah, antes de que te vengas y sin que él se dé
cuenta, tráete una botella de champagne, unas fresas y un frasco de Nutella. Y
ponte una ropa de lingérie bien sexy”.
Nicole esa noche se apareció con Ryan
en el consultorio de Alma. Cargaba en una bolsa el champagne, las fresas y la
Nutella bien tapaditas que él no se diera cuenta, tal cual como le recomendó
Alma. Nicole tocó el timbre, Alma salió corriendo a abrirle la puerta, los
recibió y los llevó a la sala de estar. “¿Cómo estás, Nicole? Hola Ryan”
saludaba Alma a ambos. Nicole le dijo a Ryan: “Ah, ‘Ry’, no te había presentado
antes a Alma, es una amiga”. “Mucho gusto”, respondió Ryan mientras se
presentaba ante Alma. “Pueden sentarse en el sofá”, les sugirió ella mientras
Nicole le daba la bolsa con las cosas para llevarlas a la cocina; para la cual
me llamó: “Carla, llévame esto a la cocina”. Yo llevé las cosas, mientras Alma
se sentó con los Vogelsong a hablar un rato.
Mientras tanto, en la habitación
ubicada al lado del consultorio de Alma, yo estaba preparando todo para
realizar la orgía.
Aproximadamente unos 45 minutos
después de la tertulia entre Alma y la “Vogelpareja”, Nicole empezó con la
sorpresa para Ryan. “Mi amor, te tenemos una sorpresa para ti”, le comentó
ella. Ryan estaba incrédulo ante lo que le decía su esposa. “¿Cómo así? Si mi
cumpleaños no es por estas fechas ni nada parecido”, se preguntaba él.
“Tranquilo, todo va a estar bien, sólo
quédate en silencio y disfruta el momento”, le recomendó Alma, mientras le
tapaba los ojos con un antifaz negro. Nicole sonreía pícaramente mientras veía
cómo Alma le tapaba los ojos a su esposo previo a la “vogelorgía”. Alma me llamó
para pedirme un favor: “Carla, ven acá”.
Yo me salí corriendo del cuarto para
ver qué era lo que Alma quería, y ella me pidió en voz baja: “Tráete lo que te
llevaste a la cocina para el cuarto que ya voy a llevar a Ryan”. “Ok, voy para
allá”, le contesté, para posteriormente ir a la cocina a buscar esa bolsa. Ya
en el curto, empezamos a poner a prueba nuestro plan. Cada una de nosotras
(porque Alma se anotó también para la orgía), fuimos agarrando una fresa y la
rellenamos de Nutella. Pasábamos cada fresa cubierta de Nutella por la boca de
Ryan y éste se las comía.
“Dime si están deliciosas, mi amor”,
le decía en tono seductor Nicole mientras le daba una fresa con Nutella a Ryan,
al tiempo que yo me puse detrás de él a acariciarlo y quitándole la franela
poco a poco. Luego que su torso quedara desnudo, Alma lo acostó en la cama y
empezó a esparcirle Nutella por su pecho y su abdomen. Ahora, el próximo juego
de seducción era lamerle todo lo que pudiéramos en su cuerpo con la intención
de saborear la Nutella en él. La primera, por obvias razones, fue Nicole. Ella
pasó su lengua por el pecho de Ryan de arriba hacia abajo. Luego vendría yo con
el mismo procedimiento, y por último Alma; y continuábamos hasta que su torso
no tuviera ni un solo poquito de Nutella. Ryan se sentía en las nubes con
tantos “cariñitos” dulces.
Acto seguido, la”Vogelorgía” se ponía
cada vez más intensa. Alma empezó a acariciar a Ryan hasta quitarle los
pantalones, mientras Nicole y yo empezamos a “jugar” entre nosotras, haciéndole
striptease a Ryan. Alma le quitó el antifaz para que él pudiera apreciar bien
el baile erótico entre ambas. Nicole y yo nos empezábamos a acariciar y a
bailar eróticamente en lingérie hasta que poco a poco nos fuimos desnudando. Le
daba una fresa a Nicole para que la comiera, y viceversa. Mientras, Alma besaba
y acariciaba a Ryan para que se empezara a excitar más rápido. Nicole se paró
frente a Ryan y empezó a bailarle como si fuera una stripper profesional. Ryan
le pasaba las manos por la cintura, por sus pechos, sus hombros, etc. Yo le
acomodaba el cabello mientras ella terminaba de acomodarse encima de él. Ambos
se acostaron a la cama y dieron vuelta. Nicole quedó acostada en la cama
mientras Ryan se ponía encima de ella. Le besaba y lamía desde los labios, pasaba
por su cuello, sus pechos, chupaba sus pezones una y otra vez, besaba su
barriga hasta llegar más abajo. Ryan lamía el clítoris de Nicole y cada cinco
minutos variaba la intensidad, de suave a rápida. Alma y yo ayudábamos a Ryan
“atacando” sexualmente a Nicole, mientras Alma chupaba un pezón, yo le hacía
cosquillas en el otro y lamía su cuello. Nicole se sentía totalmente extasiada,
gemía, reía, etc., jamás ella había sentido tanto como esa noche.
Posteriormente, Nicole se montó encima
de Ryan. Yo me coloqué detrás de ella y Alma se acostó al lado de Ryan. La
temperatura subía al momento en que Nicole empezó a rebotar sobre la
entrepierna de Ryan. Su nivel de éxtasis subía a más de mil mientras Ryan la
penetraba y la acariciaba en sus piernas, sus caderas, sus pechos. Alma le daba
otra fresa con Nutella a Ryan mientras él “zampaba” a Nicole; entretanto yo a
ella le acariciaba la espalda, le agarraba el cabello, masajeaba su cuello con
mis labios, le hacía cosquillas en su vagina con mi mano derecha mientras le
pasaba mi mano izquierda por un pezón de ella y lamía sus mejillas; al mismo
tiempo que Ryan la penetraba y le hacía cosquillas en el otro pezón. Hubo un
momento en que tanto mis manos como las de Ryan estaban apretando los pechos de
Nicole delicadamente.
Más tarde, Alma agarró la botella de
champagne previamente descorchada, le puso la boca de la botella en los labios
de Nicole y ésta tomó un sorbo mientras seguía moviéndose como loba en celo
ante Ryan. Luego, le dio un poco a él, y después a mí; para luego beber ella un
sorbo y luego regarlo a todos. Nicole se agarraba de las manos con Ryan
mientras yo ponía mis manos acariciando y masajeando sus pechos. Alma
acariciaba a Ryan por su pecho y su rostro y besaba sus labios constantemente
mientras Nicole y yo gozábamos un mundo. Hasta que Nicole no pudo más y cayó
encima de su hombre completamente con el éxtasis a millón. Ryan logró recuperar
la confianza en sí mismo y le prometió a Nicole complacerla con sus deseos
sexuales tal y como ella los quiere. Ambos salieron del consultorio más felices
que niño con Nintendo DS nuevo. Y nosotras, bueno, hicimos nuestro agosto.
Definitivamente es la fantasía más picante que he tenido hasta ahora. Como te dije anteriormente, un hombre tan sexy como Vogey provoca darle duro hasta que se quede sin próstata jajajaja. Y bueno, Nicole es una mujer muy linda, y ella junto a él hacen una buena pareja. Si de verdad fuera bisexual, no tendría problemas en tener más “Vogelorgías” o “Vogeltríos” si fuéramos sólo ellos y yo jajajaja.
Te dejo
Diario. Tengo muchas cosas por hacer y que dejé de hacer algunas para
escribirte. Buenas noches.
Carlita
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